Alta Via de las Gracias

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Testimonios

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Silvia

Septiembre 2023

Me encontré con el camino L'Alta Via delle Grazie navegando en Internet. Mis últimas vacaciones las pasé así, mochila y ... piernas al hombro y también esta vez pensé en emprender otra experiencia en solitario midiendo el camino día a día. La presentación del camino me impresionó de inmediato por la puntualidad en la descripción, la abundancia y la completitud de la información. Se intuye de inmediato que no se trata de un paseo: es un camino de esfuerzo, que a mí siempre me recuerda las palabras: introspección, reflexión, puesta en juego. Es mi desafío de este año me dije y quiero intentarlo. Pocos días antes de la partida Gabriella me contactó para hacer los primeros km juntas, para mí un honor y un privilegio inesperados que me acompañaron luego durante todo el recorrido, porque diariamente tuve una compañera de camino a distancia que me daba consejos, me sugería alternativas en caso de mal tiempo, me apoyaba en voz baja y hacía porras por mí. Y cada fin de etapa era una meta que sí aspiraba a alcanzar, pero era un melancólico "punto" que ponía al día que hubiera querido que fuera infinito, porque estaba lleno de emociones, de panoramas hermosos y conmovedores, de encuentros conmovedores con las personas cruzadas en el camino y que se interesaban en mi "aventura". Cada día igual en el entusiasmo y la tenacidad para afrontarlo, de llegar al final, de lograrlo con las propias fuerzas; cada día interpretado como un desafío con uno mismo, con la expectativa - nunca defraudada - de que sería un día lleno de maravillas. Y cada día lo recordaré con sus particularidades ligadas al hombre y a la naturaleza: sus palabras (el buenos días y el adiós emocionado de la mañana con los amigos de las acogidas; la bienvenida cálida y reconfortante de la noche), sus encuentros (durante el camino; al final del día los momentos humanamente más emocionantes en la compartición de lo vivido con quien conoce y entiende cómo estás, el apretón de manos vigoroso de quien sabe leerte por dentro porque da valor a lo que haces y eres: una persona en marcha hacia la meta, un peregrino), sus olores (de agujas de pino y musgo, de bosque mojado por el rocío y la lluvia, de plantas aromáticas, de tierra removida por el trabajo campesino, de animales al pasto, de oraciones y sudor impregnados en las piedras antiguas de capillas y santuarios), sus colores (el amanecer dorado detrás de las montañas, el cielo azul claro más allá de las copas de los árboles, las nubes grises cargadas de lluvia, el manto suave y multicolor del sotobosque, las bayas rojo fuego, el tímido lila de los ciclámenes, el verde intenso de los prados territorio indiscutido de las manadas al pasto), sus sonidos (los más tiernos como el soplo de los burros y caballos que buscan la mano que acerco para acariciar su hocico curioso, el crujido de las hojas bajo los pies, los arroyos de agua y los chubascos de pequeñas cascadas), sus silencios pesados y profundos (del bosque, que te observa y que con humildad y respeto atraviesas, percibes su espíritu envolvente, que sobrecoge pero envuelve, en una caricia que infunde calma y distensión; en los grandes santuarios y en las pequeñas iglesias de pueblo que personajes anónimos pero espléndidos y ejemplares, cuidan y te permiten admirar, vigilando su apertura) su esfuerzo, sus subidas y sus cimas, sus bajadas y sus valles inmensos, su carga de humanidad. Que admiras desde las cumbres, que parece fuerte e indestructible, pero que precisamente desde esa altura aparece muy frágil.

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Paola

Del 16 al 30 

Julio 2023

Me presento: soy Paola Gamberini, soy una amante del camino con mochila al hombro y este año después de que un amigo me hizo conocer la Alta Via Delle Grazie decidí partir llevando conmigo todas mis dudas, miedos, porque sola. Estamos en Italia y es imposible encontrar un camino con solo hospitalidad peregrina a donativo, en cambio en la Alta Via Delle Grazie es posible y algunas son únicas. Lo que sus ojos verán no habrá foto que pueda inmortalizar y las personas que encontrarán serán únicas, luego depende de sus ganas de comunicar, ¡yo hablo con todos! 13 etapas una más hermosa que la otra y a pesar de algún día malo me las arreglé bastante bien... solo puedo darles un consejo: partan y no se arrepentirán... un abrazo a todos los peregrinos... Paola

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Luca

Mayo 2023

“Omnia tempus habent,

et momentum suum cuique negotio sub caelo”

Ecclesiastes 3, 1

 

“Todo tiene su momento,  

y cada evento tiene su tiempo bajo el cielo.”

Qoèlet 3, 1

 

Recuerdo la primera vez que oí hablar del Alta Via delle Grazie: era el otoño de 2018 y acababa de regresar de mi primer Camino (¡hacia Santiago de Compostela, por supuesto!), cuando alguien me hizo leer un artículo de L’Eco di Bergamo que anunciaba una nueva ruta de peregrinación, toda, o casi toda, en tierra bergamasca, que conectaba varios santuarios de la provincia; lo describía como “el Camino de Santiago oróbico”.

Sinceramente lo desprecié y me dije que una iniciativa así no tenía sentido porque no podía compararse con la más tradicional y clásica de las peregrinaciones. En resumen, no tenía tiempo que perder para algo así y nunca habría invertido dos preciosas semanas de vacaciones para “una cosa” hecha en casa, un viaje en mi provincia que, en el mejor de los casos, habría definido como un asunto para jubilados que tenían tiempo que perder. Desestimé esta Alta Via delle Grazie sosteniendo que había otros destinos dignos de mención que merecían mi tiempo.

 

¡No podía haber pensado algo más equivocado que eso!

 

Pasaron cinco años (y muchos otros caminos en España e Italia) antes de que la Providencia me convirtiera de ese prejuicio y sembrara en mí la idea de recorrer este Camino.

 

Lo intentó sin éxito una primera vez en 2021 cuando de repente me dieron unos diez días de vacaciones. En esa ocasión, sin tener ideas (y honestamente también pocos recursos) pensé en poder recurrir a última hora al Alta Via delle Grazie.

 

Fue en ese septiembre, entonces, que, después de leer alguna información en el sitio web del Alta Via, comencé a organizarme y llamé por primera vez a Gabriella para obtener más información.

De esa llamada telefónica aún recuerdo hoy la duración, el calor y la promesa: una hora de celular en la que tuve las mismas bellas sensaciones de los encuentros a lo largo del Camino de Santiago, con las historias que se entrelazan, los consejos que se intercambian, los relatos de las peregrinaciones de ambos, la nostalgia del Camino, y finalmente la promesa de que me alcanzaría en el Alta Via delle Grazie para dar algunos pasos juntos.

 

Pero la Providencia no estaba en absoluto de acuerdo conmigo, y tal vez no lo estaba precisamente porque había pensado en esta peregrinación como un recurso, además concentrado en diez días en lugar de dos semanas, con la ansiedad y la prisa de acortar las etapas.

Fue así que, mientras salía de casa bajo un sol radiante de una tarde de finales de septiembre, en mi corazón y en mi mente se acumulaban en cambio grandes nubarrones oscuros como mis pensamientos que congelaron mi entusiasmo y oscurecieron mi ánimo y después de una noche sin dormir en Bérgamo, me hicieron regresar a casa renunciando en el último momento a la partida (y salvándome de dos semanas de lluvias ininterrumpidas).

 

El tiempo adecuado y el momento favorable llegaron en esta primavera de 2023 en la que finalmente logré la hazaña.

 

Y lo que queda en la mochila, en los ojos y en el corazón después de estos pasos son esos paisajes y esos panoramas que no pensaba que pudieran parecerme tan hermosos incluso si (o tal vez precisamente porque) tan cerca de casa: la Maresana y el Canto Alto que están literalmente a dos pasos, la áspera cima de la Cornagera con su “Agujero” lunar, la vista que desde el Poieto se extiende sobre las cinco tierras del Val Gandino, el dulce descenso del Val de Gru y el Valvertova con sus juegos de agua y sus cascadas, el recorrido del Val del Riso con la mirada que desde sus bosques se abre sobre el alto Valle Seriana, y luego aún más arriba hasta volver a esos senderos que de joven me llevaban a las cascadas del Serio y a los refugios de las Orobie para luego llegar a la frontera y a la cima del Paso de la Manina ante su majestad la Presolana, y luego descender el val Borlezza y disfrutar de la tranquilidad del Lago de Iseo y la excursión a Montisola para luego retomar la subida hasta la Malgalunga en los pasos de los Partisanos y descender a Gandino con sus mil iglesias y los cien huevos, y finalmente reconquistar Bérgamo, que desde el Zuccarello parece tan cercana y atractiva… y todo esto incrustado entre las perlas de los santuarios, uno más hermoso que el otro, que como las cuentas de un rosario componen la corona del Camino del Alta Via delle Grazie.

 

Y luego la hospitalidad y los encuentros.

Sí, porque en este Camino “casero” la verdadera diferencia la hicieron los encuentros: el con don Valentino que abre la Vía con la bendición, el con Gabriella que te escolta por dos etapas y al final del día te pide noticias de “su” Camino como si fuera su hijo, el con los ojos bondadosos de Antonio, el con Serena y Amedeo orgullosísimos de la historia de su Novazza, los con los amigos de siempre que te alcanzan para acompañarte por un tramo de camino o para hacerte compañía por la noche para una cerveza, el con los habitantes del lugar o de otros caminantes que te encuentran y descubren que eres un peregrino y entonces te confían sus problemas, te cuentan sus aventuras y te piden una oración. Y luego los encuentros aún más intensos con los testigos que te esperan a lo largo del camino: con la profunda espiritualidad del beato Tommaso en Olera, con la fama de santidad del sacerdote de Bani, con la silenciosa obediencia de don Antonio Seghezzi, con la sangre derramada de los beatos Alessandro Dordi en Gromo San Marino y Pierina Morosini en Fiobbio di Albino y con la ejemplar caridad de las santas Bartolomea y Vincenza en Lovere y sus monjas.

 

Y entonces la meta en Bérgamo, mi ciudad tan amada, que después de dos semanas de Camino y de feliz esfuerzo es aún más hermosa y fascinante y que te espera con la gloria final de la Gracia entregada por las manos del Prior don Gilberto en la basílica de Santa Maria Maggiore, que ya para mí es casi una segunda casa.

 

Y finalmente está ella aún (y siempre): la Providencia, que no puedes hacer otra cosa que agradecer por haberte regalado este Camino, por habértelo hecho soñar, por habértelo hecho esperar, por haber sido generosa compañera de viaje y por haberte esperado a su conclusión.

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Claudia

Abril 2023

El Camino del Alta Via delle Grazie fue mi primer camino.

Soy de Bérgamo, conozco el Valle Seriana y los Valles laterales pero no tan bien.

Uno de los motivos que me impulsó a recorrerlo fue conocer mejor mi territorio y entrar en contacto con las personas que viven allí.

Sin duda, una experiencia por encima de mis expectativas, por la belleza del territorio, por la elección del recorrido pero sobre todo por la acogida que me fue demostrada tanto por quienes me hospedaron como por aquellos que conocí casualmente pasando por las calles de los pueblos.

A menudo se piensa en los bergamascos como personas cerradas, sin embargo, este Camino es precisamente la demostración de la capacidad de acoger con cuidado y atención hacia el otro de manera simple y sincera.

Es un territorio que ofrece muchísimo desde el punto de vista paisajístico, de arte y cultura pero sin duda la acogida es el valor añadido inestimable.

Se percibe la voluntad, tanto por parte de quienes lo han trazado como de las personas que viven allí, de valorizar un territorio que tiene mucho que ofrecer y descubrir.

Recorrí sola el Camino en 13 etapas consecutivas, sin duda la mejor oportunidad para apreciarlo completamente pero no siempre se tiene esta posibilidad, recomiendo de todos modos dedicar algunos días consecutivos y no solo el día aislado para poder vivir esta experiencia al máximo, dedicando la misma atención que quienes acogen nos brindan.

Gracias a Gabriella por el compromiso y la perseverancia en mantener vivo el Camino y a todos aquellos que acogen por el tiempo y el cuidado que dedican.

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Arnaud

Abril 2023

Tuve la oportunidad de caminar por la Alta Via Delle Grazie a mediados de marzo de 2023. Fue fuera de temporada, con la principal consecuencia de que muchos refugios y hoteles estaban cerrados (abiertos a partir de abril). Así que planifiqué un recorrido de 6 días de caminata, siguiendo algunas etapas de la guía y combinando otras etapas, de manera que siempre encontrara alojamiento.

 

Tuve la suerte de tener un clima estupendo. Y muy poca gente en los senderos (lo cual aprecio bastante, siendo de naturaleza solitaria ;-) ).

 

¡El recorrido es magnífico! Aparte de algunos tramos en las carreteras y calles, los senderos son muy bonitos y los paisajes de media montaña son magníficos. A esto se suman pequeñas ciudades y pueblos a menudo encantadores.

 

Atención, el nivel es bastante exigente. Las indicaciones de la guía son muy precisas. ¡Cuando se indica que es difícil, puedes creerlo! En eso, y por muchas otras informaciones prácticas, la guía está muy bien hecha. De hecho, tuve la oportunidad, al final de mi recorrido, de conocer a la autora, Gabriella, apasionada por este hermoso camino. Ella fue quien lo creó, diseñó, marcó, y lo cuenta tan bien en su guía. ¡Un gran trabajo para una caminata muy hermosa! Ah sí, y mención especial también a Matteo, del Grem Bike Hostel en Premolo, y su acogida súper cálida.

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Ángelo y Paola

Agosto 2022

Mi esposa Paola y yo hemos completado el Alta Via delle Grazie hace pocos días y ya extrañamos los senderos, las mulas, los bares del pueblo donde nos deteníamos a tomar algo fresco, extrañamos los maravillosos paisajes que se nos abrían después de una curva o una subida en el bosque. Nos falta la genuinidad, la generosidad y la mirada simple y dulce de la gente de Bérgamo siempre lista para ayudarnos o para intercambiar unas palabras apenas veían dos "almas en pena" avanzar bajo el peso de las mochilas y apoyados en sus bastones.

Hemos hecho muchos caminos, pero este es el mejor desde un punto de vista paisajístico y de acogida, nos sentimos parte de una gran familia y siempre seguros dondequiera que fuéramos.

La llegada a Bérgamo fue maravillosa y llena de emoción, ¡el marco artístico es estupendo! Así como la ceremonia en la Basílica de Santa María Maggiore y la entrega de la Grazia.

Muchos lugares y muchas personas se han quedado en nuestro corazón, como Roberto de la Locanda en Parre y la señora Anna Serena en Novazza, si todas las personas del mundo fueran como ellos, la paz estallaría en un instante.

Por último, un agradecimiento, verdadero y profundo para ti Gabriella, que has creado y que estás llevando adelante, lamentablemente ahora sola, este camino. Nos llamaste durante las etapas para saber si estábamos bien y si habíamos encontrado alojamiento, nos diste muchísimos consejos y fue agradable encontrarte en persona y ver la pasión y el entusiasmo que pones en este proyecto.

Sigue así. No te rindas.

Gracias por las emociones que nos has regalado

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Michele Plescia

Julio 2020

Julio está por terminar y todo está listo para el camino del Norte de Santiago y para ir a hacer surf.

La vida no es siempre como te la esperas: a pocos días de la partida la situación sanitaria en España cambia tus planes.

Mientras estás cancelando a regañadientes tu vuelo a San Sebastián, te vienen a la mente aquellas palabras de don Valentino dichas casi en broma en una cena entre amigos: “visto que te gusta caminar, ¿por qué no vas a hacer la Alta Via delle Grazie?”. Recuerdas haber declinado cortésmente la invitación pensando en tu corazón: “si tengo que hacer un Camino, mejor voy a Santiago...”.

Pero luego, vista la situación, haces una breve búsqueda en Google. Esta “alta vía” parece interesante...: 315 km en altura, 13 días de caminata, hospitalidad en santuarios y monasterios en medio de las montañas...

La decisión está tomada. Se parte. Y el camino comienza de inmediato con un golpe: durante la tradicional bendición del peregrino en la Iglesia de Santa Maria delle Grazie te das cuenta de que es precisamente el día de Santiago (25 de julio)!

Inmediatamente, te ves proyectado en un mundo de encuentros inesperados con las personas que Dios pone en tu camino en el marco de los espléndidos paisajes a través de múltiples lugares de devoción popular mariana.

La noche antes de la partida, después de la bendición, vas a cenar con don Valentino a quien le cuentas la historia que te llevó allí.

A la hora del almuerzo el primer día de camino ya eres huésped en el Santuario de la Madonna del Perello con don Roberto que te ha preparado polenta hecha con el maíz de su huerto y un espléndido asado, además de tartas caseras.

Al día siguiente es el turno del santuario de la Madonna del Frassino. Duermes en medio de las montañas. Por la mañana desayunas a las 5.30 con el guardián Boris y comienzas a caminar en el bosque entre los corzos.

Luego, unos días después, en Parre buscando al párroco para que te selle la credencial del peregrino [ndr: el “pasaporte” que permite acceder a los lugares de acogida], haces un descubrimiento inusual: “¿dónde está el párroco?” preguntas. “Está en el campo con los chicos” es la respuesta. Miras en el campo de fútbol pero no lo ves. Luego tu mirada es atraída por el futbolín jabonoso y - mientras piensas en lo peligroso que es - miras mejor y - cosa increíble - ves a un sexagenario jugando: encontrado el párroco de Parre... Al día siguiente debes despertarte a las 5.30, pero pasas toda la noche hablando con él que te cuenta de su período en misión en Bolivia, del centro polifuncional que construyó en ese pueblito perdido donde también acogió un concierto de los Nomadi! Cuando ya es medianoche, vas a dormir, cansado pero lleno de gratitud!

Pero las sorpresas no terminan. Cuando al día siguiente llegas a Novazza, llamas a Anna Serena que con Amedeo da hospitalidad a los peregrinos en ese pueblito: “ven que Pasquina [ndr. una amiga que se hospeda en el mismo edificio] ha preparado lasaña!”. Apenas llegas te sientes en casa. Anna Serena te lleva a ver la iglesia dedicada al Arcángel Miguel (“te llamas Miguel no puedes no verla”). Luego descubres que en ese pueblito de 130 almas late un corazón lleno de pasión por el mundo: en el cementerio las señoras del pueblo han encargado a los iconógrafos de Seriate una imagen de Cristo resucitado

diseñada según la tradición ortodoxa, que se destaca en ese camposanto donde aún ves vivas las heridas de la pandemia.

Al día siguiente a regañadientes después del desayuno partes temprano hacia Ardesio donde encuentras hospitalidad en la casa del peregrino en el centro del pueblo, donde se está llevando a cabo la conocida muestra enogastronómica DiVino. Aquí también la acogida es fantástica. Fabrizio, ex alcalde de la ciudad, te lleva a recorrer las calles de la ciudad y - frente a un aperitivo - te cuenta de su ciudad donde la pro loco ha sido tomada por un grupo de jóvenes menores de treinta años que aman su pueblo.

Al día siguiente se parte de nuevo y las sorpresas no terminan. En Lovere eres hospedado en el monasterio de las Clarisas con habitación con vista al lago y por la noche te quedas hablando una hora y media con la superiora que te cuenta de su vocación y de cómo, estando encerrada en esas cuatro paredes, ha conocido a más personas de las que habría conocido afuera. Por la noche y por la mañana rezas con los salmos junto a ellas. Te sientes tan acogido que te quedas un día más allí con ellas para hacer un poco de silencio y agradecer a Dios por la belleza que te ha regalado en este camino.

También en Gandino eres huésped de las monjas (las Ursulinas) y luego en la última etapa te detienes en Fiobbio donde antes de la cena te quedas hablando con el párroco más de una hora y “conoces” a la beata Pierina Morosini que ha quedado en el corazón de ese pueblo.

Cuando al día siguiente haces tu entrada en Bérgamo no te parece real haber ya hecho 13 días de camino y 315 km.

Cuando te entregan la “Gracia” [ndr.: el documento que certifica la finalización del Camino] en la Basílica de Santa Maria Maggiore, en la Ciudad Alta de Bérgamo, estás lleno de gratitud por quien pensó y hizo posible este camino y, sobre todo, a Gabriella que siempre estuvo disponible por teléfono para cualquier necesidad.

Antes, como riminense criado en la playa con chanclas, ni siquiera sabías qué era el valle Seriana, y ahora ya tienes nostalgia, no solo de los espléndidos paisajes y de la fantástica tradición gastronómica, sino sobre todo de los rostros de los santos, aquellos en el cielo (el valle Seriana ha dado a luz a muchos de ellos) y aquellos... en la tierra que te han acogido y hecho sentir siempre en casa.

Con estos recuerdos en los ojos y en el corazón, incluso el trabajo que retomas no podrá ser el mismo.

El Camino de Santiago... efectivamente, podía esperar!

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Alice

9 al 15

Mayo 2021

Hola a todos

Me llamo Alice, desde hace unos meses me he apodado #aliceincammino❤️

Siempre he sido amante de la montaña, practico trekking desde hace años a un nivel adecuado a mis capacidades. En mi cabeza desde hace un tiempo me rondaba la idea de sacar del cajón un sueño... y finalmente este sueño se ha hecho realidad.

El 9 de mayo de 2021 partí con Farovia (mi guía top) para el camino Alta via delle grazie. Como primera experiencia pensé en hacer las 7 etapas. Caminé un total de 150 km con más de 6000 metros de desnivel en ascenso y otro tanto de desnivel en descenso. Fue una experiencia maravillosa, descubrí que tengo una determinación, una fuerza, me sentí desde el principio dentro de este mundo estupendo que es el camino. Vi lugares maravillosos, el camino está muy bien realizado, señalizaciones perfectas con estas tablillas en el recorrido que al leerlas te conmueven pero al mismo tiempo te dan la energía para seguir adelante y no rendirte nunca. Y así concluí mis 7 etapas con una garra que no esperaba. Finalmente tengo mi primera credencial mi primer testimonio. El camino te gratifica te da fuerza coraje, me ha hecho descubrir un mundo nuevo el camino hace bien al corazón y a la mente.

Y sí... me siento lista... convencida de que este será mi camino. Este es mi mundo el camino el trekking mis montañas.

Gracias de ❤️

Adiós

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Angelo, Ermanno y Piergiorgio

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Gastone Piacentini

Agosto 2021

Un viaje entre la conciencia de uno mismo y la simbiosis con la naturaleza que induce a reflexionar sobre uno mismo. De niños corríamos de un lado a otro a través del campo, por caminos polvorientos flanqueados por árboles situados a la orilla de zanjas o canales que impedían la vista más allá de los campos de hierba, trigo o maíz. Pero se sabe que para los niños el pueblo es solo un lugar como cualquier otro, donde vive la familia, donde está la escuela y los amigos con quienes jugar. Las montañas estaban lejos, casi invisibles, seguramente inalcanzables. El primer acercamiento con las cumbres en la adolescencia. Un recuerdo inolvidable. Caminatas sin esfuerzo, facilitadas por la juventud, la despreocupación y la inconsciencia. Las cumbres eran los Dolomitas, ahora patrimonio de la humanidad. Estas para mí eran las montañas. Nuestros valles un enigma, nombres escuchados solo porque algún acomodado del lugar hablaba de sus días de vacaciones o porque algún amigo pasaba en "colonia" el período de las vacaciones de verano. Lugares desconocidos para mí de la baja llanura confinados en los recuerdos, sin una ubicación precisa. La vida luego propone otros caminos, destinos turísticos lejanos, ignorando lo que es más fácil de alcanzar. Más tarde se descubre, por un deseo arcano de querer conocer el propio territorio, los valles, lo que está sobre la capital y por lo tanto en el fondo las propias raíces. Inevitable un reproche y un gran pesar por no haber considerado nunca lo que está al lado, por no haber investigado, visitado, recorrido y por lo tanto por no haberse dado cuenta, de un patrimonio tan educativo, simplemente porque el engranaje publicitario nos impone encontrar lo interesante en otro lugar. Esto es parte de lo que se conserva en el fondo del propio inconsciente, hasta que de repente llega un mensaje preciso: prepárate para el "Camino Alta vía de las Gracias". Indicación que encierra en sí un mensaje permitiendo realizar una necesidad que luchaba por encontrar satisfacción, tanto más si esta comunicación proviene del propio hijo. Una invitación que representa para un padre la realización de un gran sueño. Hacer un camino, permite profundizar el conocimiento de uno mismo y de quien está cerca, sin las interferencias de los ritmos de la cotidianidad habitual, experimentar el esfuerzo, conocer lugares y rutas del territorio, llenando un vacío; elementos y valores que aclaran el sentido de la existencia, creyendo en los cuales el hombre gasta toda la vida. Inevitable el período de preparación y profundización del recorrido. Esto se debe a la determinación de Giovanni Battista Merelli (conocido como Giamba) (fallecido prematuramente por su temeridad en el reciente febrero) y Gabriella Castelli que ahora con la obstinación típica de quien tiene fuertes convicciones, continúa manteniendo renovado este camino, inaugurado en agosto de 2018. Su profundo conocimiento ha permitido trazar un recorrido no usual que partiendo, desde la Basílica de Santa María de las Gracias de Bérgamo, redescubriendo antiguos senderos y caminos de mulas se extiende por unos 300 Km a lo largo de todos los lados del valle Seriana, adentrándose en otros valles colaterales conocidos y menos conocidos para llegar después de 13 días de caminata nuevamente a Bérgamo en Santa María Mayor. El itinerario, desde la principal vía maestra del valle Seriana, se adentra en el reservado y tranquilo valle Grù, nos hace saborear la dulce frescura del valle de Vertova, un oasis de "claras frescas y dulces aguas". Se camina en el valle de Riso, vigilados por el Cristo Redentor, se prosigue por tramos del Valcanale entre prados y bosques vigilados por las altas e imponentes cumbres rocosas del macizo del Arera. Se sube al paso de la Manina donde la rosa de los vientos nos indica las grandes cumbres oróbicas que aparecen gigantes y majestuosas, atrevidas y espectaculares casi inaccesibles: el pico Coca, Redorta y Recastello, además las cascadas del Serio con el refugio Curò y nos hace posar la mirada en el valle de Scalve. El sendero nos conduce en el Valle Sedornia con el espléndido panorama del lago Spigorel que trae a la memoria el escenario dolomítico del Alto Adige. Un descubrimiento el paisaje pintoresco del valle de Tede dominado por las cumbres de la Presolana y el valle Borlezza, situado transversalmente entre el Valle Seriana y el valle Camonica. Se cruza en el Alto Sebino con el Lago de Iseo y Montisola, con el fondo del monte Guglielmo y de la Corna Trentapassi. Se adentra en las planicies herbosas del valle Cavallina y se transita por los senderos del valle Rossa, con vegetación de baja altitud. Se recorre el valle Gandino, rico en historia y tradiciones, y observando las "cinco tierras" desde lo alto, se llega al alegre valle de Lujo. Valles orgullosos de su propia identidad y de su propia historia con asentamientos urbanos del fondo del valle ricos en tradiciones, arte y cultura, en una sucesión de palacios, iglesias, santuarios y torres que cuentan el importante papel que han desempeñado en la historia. Basta citar Alzano Lombardo, Vertova, Ardesio, Gromo, Gandino, Clusone que conservan en el tejido urbano del centro monumentos civiles y religiosos del antiguo pasado capaces de testimoniar por sí solos el alma histórica del pueblo. Los valles montañosos a lo largo de los siglos, hasta toda la edad moderna han sido un sistema de relaciones y comunicaciones, de economía y comercio en la base de una próspera economía, confirmada por la presencia de construcciones arquitectónicas religiosas y civiles, con importantes obras de arte encargadas a artistas de alto nivel, destinadas también a pueblos hoy minúsculos o casi perdidos (como el políptico de Cima da Conegliano en Olera o la capilla Marinoni en Cerete). Sin duda se queda aturdido al ver la cantidad, la belleza, la variedad y complejidad de todo el patrimonio artístico: frescos, retablos, lienzos, esculturas, arquitecturas, frontales, relicarios y obras de arte etiquetadas como menores, que datan desde la Edad Media hasta la edad moderna, presentes en las numerosas iglesias y museos. Solo el cansancio y la conciencia de que cada pueblo merece el viaje y el propósito de regresar especialmente para volver a ver cada monumento individual, previene el síndrome de Stendhal. No sorprende por tanto que estas tierras hayan dado origen a artistas de renombrada capacidad y fama como el Salmeggia conocido como Enea Talpino de Salmezza, Moroni de Albino, Alessandro Bonvicino, conocido como el Moretto, (Ardesio se disputa la natalidad con Brescia) y la gran dinastía de los Fantoni de Rovetta. Singulares de este taller además de las varias obras dispersas, son los grupos escultóricos del lamento sobre Cristo muerto que se encuentran tanto en Ardesio como en Clusone como en Rovetta. Cómo no quedar asombrado ante las Sacristías de Alzano o del confesionario en Santa María Mayor en Bérgamo. Después de horas de caminata en solitarios silencios, la llegada a lugares concurridos y de justa alegría vacacional como Selvino, Lovere, Castione de la Presolana, aunque nos devuelven a la confortante normalidad, crean cierto malestar y un deseo de fuga momentánea para regresar a la paz de la propia mente. Se encuentra la quietud atravesando los pequeños y ordenados asentamientos rurales como Maslana, Olera, Bondo de Colzate, Chignolo de Oneta, Plaza, Bani de Ardesio, Ortello, Botto Alto, Ogna, Ruscio, Cerete, en los que vale la pena perderse voluntariamente, zigzagueando a capricho entre los callejones, clara memoria de un pasado lejano, donde hombres simples tenían familiaridad con el esfuerzo. Vistas e imágenes en las que domina el silencio interrumpido a veces solo por el susurro de los árboles y del agua de los torrentes en claro contraste con el ruidoso y desordenado fondo del valle que presenta evidentes signos de las fases de urbanización y la impronta de la caótica operosidad moderna. El camino toca además 18 Santuarios Marianos, inmersos en el silencio de la naturaleza, cada uno con una historia maravillosa y un mensaje espiritual por descubrir. Edificios surgidos tras apariciones o eventos milagrosos, testigos de esa profunda fe y devoción que ha impulsado a las comunidades, con enormes sacrificios, a construirlos. Además de estas obras de conocida notoriedad, se encuentran numerosas capillas, edículos, nichos, pinturas murales a lo largo de perdidos caminos de mulas, en la cima de tribulinas, en las encrucijadas de senderos, pintadas por inciertos artistas con los rudimentos del saber que retratan más a menudo a la Virgen María con el Niño, con Santos que el tiempo y el poco conocimiento no nos permite siempre identificar, con frecuencia San Roque o San Antonio abad, imágenes de la Piedad, de Jesús crucificado o de la Deposición, esbozados con un sentimiento popular de una fe intensa. Imágenes simples, de fisonomías aproximadas y de planteamientos simplistas, expresión de bondad, de devoción religiosa y de implorante necesidad de protección y bendición. Una continua interacción entre hombre, naturaleza y fe que ha llevado a formar un patrimonio de conocimientos, creencias y tradiciones. Hijos de este fuerte vínculo siempre presente que une devoción y religiosidad populares son importantes fieles como el Beato Tomaso Acerbis fraile capuchino nacido en Olera, el Beato Alberto fraile dominico nacido en Villa D'Ogna, las santas loveresas Bartolomea Capitanio y Vincenza (en el siglo Caterina) Gerosa fundadoras del Instituto de las Hermanas de la Caridad y la Beata Pierina Morosini nacida en Fiobbio a quien se han dedicado importantes lugares de culto. No faltan sin embargo las sorpresas: encuentros casuales con personas mayores que se identifican en nuestro esfuerzo por haberlo experimentado en peligrosas aventuras juveniles; una secuencia fotográfica de rostros y personajes surcados por el esfuerzo del trabajo, inmortalizados por Tito Terzi colgados en el salón comedor en Novazza; joyas arquitectónicas con frescos de antigua data, salvadas por la voluntad de los pocos habitantes como la Iglesia de San Miguel Arcángel en Colarete o la sorpresa de la Iglesia de San Sebastián en Nembro y otras numerosas iglesias a menudo encontradas cerradas para protegerlas de la imperante incuria humana de una civilización poco respetuosa. El camino Alta Vía de las Gracias es sin duda un camino largo, duro y agotador con incesantes subidas y bajadas e importantes desniveles. Pero si hay disponibilidad y atención se encuentran lugares y ambientes naturales encantadores, rincones y detalles de seguro interés, testimonios religiosos e importantes obras de arte. El símbolo del Camino distinguido por un trébol amarillo sobre fondo azul, junto con la flecha de color azul, nos guía en todo el recorrido, quitándonos el temor de perder la pista, permitiéndonos así caminar por rutas solitarias, inmersos en la naturaleza, entre prados, bosques y rocas, de concentrarse en aromas, sonidos, sensaciones en compañía de nuestro esfuerzo y del avance de nuestros pasos cansados. Un viaje entre la conciencia de uno mismo y la simbiosis con la naturaleza que induce a reflexionar sobre uno mismo, para encontrar serenidad y equilibrio, porque cuando no se es capaz de entenderse a sí mismo no se es capaz tampoco de entender a los demás. La vida nos ha puesto a menudo en caminos tortuosos y controvertidos, obstáculos y bifurcaciones, estas experiencias han sin embargo formado y forjado la conciencia, permitiéndonos convertirnos en lo que somos hoy.

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Paola

Agosto 2022

Primero, ¿por qué me fui? Porque después de haber hecho otros caminos, me parecía justo recorrer el que tengo "detrás de casa" (vivo en Brignano gera d’Adda, en la baja bergamasca) y también porque no tenía ganas de tomar trenes y perder días de las breves vacaciones solo para llegar a algún lugar en Italia para empezar a caminar, y luego tener que volver. Me pareció un buen compromiso, esta Alta Via delle Grazie. Con mil dudas por el calor, por el desnivel, porque me fui el primer día de vacaciones, bastante cansada del trabajo, pero con la promesa de varias personas de que en caso de problemas vendrían a recogerme donde estuviera.

Siempre parto sin demasiadas expectativas, sin leer demasiado las experiencias de otros, informándome solo sobre lo esencial, el resto vendrá poco a poco. Camino porque me hace sonreír. A pesar del cansancio, el sudor, la fatiga, el sueño (¡dormir 10 noches en 10 lugares diferentes en un momento dado pone a prueba!), con mi mochila a cuestas, esencial pero más que suficiente, mis preciosos zapatos y un poco de inconsciencia.

He encontrado a muchas personas en el AVDG que me preguntaban a dónde iba y cuando contaba, la palabra que siempre escuchaba era "¡felicitaciones!". Pero ¿felicitaciones por qué? me pregunté en un momento dado, al final solo estoy caminando. Me muevo de un punto a otro, como los hombres siempre han hecho desde la noche de los tiempos. Yo no hago nada especial, solo estoy caminando, a veces por inercia. Sin embargo, siempre ha sido bonito intercambiar unas palabras, encontrar cordialidad y curiosidad.

El AVDG fue especial. Es el Camino de casa y estoy orgullosa de haber atravesado Bérgamo y nuestras montañas como peregrina. He encontrado a algunos amigos, pasando por los pueblos donde estaban de vacaciones o desde sus casas: creo que los encuentros hechos durante un Camino son especiales, si suceden es porque esas personas tienen un gran significado para mi vida. Agradezco a cada uno de ellos por haberme acogido, seguido y acompañado. Luego los encuentros inesperados con otros peregrinos o con quienes me acogieron para dormir o comer: esto es la compartición que se respira en el Camino. Hubo obviamente momentos difíciles, kilómetros largos y aburridos, calor y sudor, cansancio, ganas de rendirse, senderos a veces difíciles... los he apodado los momentos "Gracias al c...", pero quizás no lo puedo decir 😊.

Pero cuando pienso en el AVDG, pienso en la belleza de los paisajes que se abren de repente y que incluso me han hecho conmover, en la emoción de llegar a la ciudad alta al mediodía llena de turistas y yo con las gafas de sol y las lágrimas que de vez en cuando asomaban. Haber llegado también esta vez, llena de encuentros, de emociones, de experiencias. Y cuando todas las mañanas yendo al trabajo vea Bérgamo y todas las montañas, hasta la Presolana, ¡podré decir que las he recorrido con mis piernas!

El nombre Alta Via delle Grazie evoca para mí precisamente lo que es un Camino: es gracia, providencia, compartición, es encontrar siempre todo lo que necesito, sorprenderme de todo lo que recibo. Cuando estoy en el Camino no me falta nada. Sonreír. Es difícil explicarlo, pero es todo esto.

Agradezco a todos los que me han seguido desde casa, a través de las fotos que al final de cada etapa pongo en whatsapp (no tengo redes sociales, elección de vida: los verdaderos encuentros son los en vivo) y que en estos días me encuentran tal vez por la calle y me dicen que me han seguido, me dicen "¡brava!". Esto me hace realmente feliz porque yo parto sola, ¡pero nunca estoy sola, al contrario!

Te agradezco a ti Gabriella por el cuidado que tienes de cada peregrino en el Camino, por la pasión que pones en arreglar la señalización, porque se percibe que pones el corazón en este Camino. Habiendo hecho otros, debo reconocer que no es para nada obvia una organización y un cuidado así.

Finalmente agradezco al Camino, porque siempre me da tanto.

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Ángelo y Paola

Agosto 2022

Mi esposa Paola y yo hemos completado la Alta Via delle Grazie hace pocos días y ya extrañamos los senderos, las carreteras de mulas, los bares del pueblo donde nos deteníamos a tomar algo fresco, extrañamos los maravillosos paisajes que se nos abrían después de una curva o una subida en el bosque. Extrañamos la genuinidad, la generosidad y la mirada simple y dulce de la gente de Bérgamo siempre lista para ayudarnos o para intercambiar unas palabras apenas veían dos "almas en pena" avanzar bajo el peso de las mochilas y apoyados en sus bastones.

Hemos hecho muchos caminos, pero este es el mejor desde un punto de vista paisajístico y de acogida, nos sentimos parte de una gran familia y siempre seguros dondequiera que fuéramos.

La llegada a Bérgamo fue maravillosa y llena de emoción, ¡el marco artístico es estupendo! Así como la ceremonia en la Basílica de Santa Maria Maggiore y la entrega de la Grazia.

Muchos lugares y muchas personas se han quedado en nuestro corazón, como Roberto de la Locanda en Parre y la señora Anna Serena en Novazza, si todas las personas del mundo fueran como ellos, estallaría la paz en un instante.

Por último, un agradecimiento, verdadero y profundo para ti Gabriella, que has creado y que estás llevando adelante, lamentablemente ahora sola, este camino. Nos llamaste durante las etapas para saber si estábamos bien y si habíamos encontrado alojamiento, nos diste muchísimos consejos y fue agradable encontrarte en persona y ver la pasión y el entusiasmo que pones en este proyecto.

Sigue así. No te rindas.

Gracias por las emociones que nos has regalado…