Alta Via de las Gracias

logo

Arte & Cultura

Art and Culture

ETAPA 10: LOVERE-MONTISOLA

Santuario Madonna della Ceriola  Monte Isola

El Santuario fue la primera iglesia dedicada a la Virgen en ser construida en la zona del lago de Iseo. La estatua de madera venerada en el santuario data del siglo XII y es conocida con el nombre de Madonna della Ceriola probablemente porque la efigie de la Virgen (siglo XII) fue esculpida en un tronco de roble.

Los orígenes remotos del Santuario de la Madonna della Ceriola se remontan aproximadamente a la mitad del siglo V, cuando San Vigilio, Obispo de Brescia, llevó la fe a la zona del Sebino suprimiendo el culto de la diosa pagana Isis. La fe en Cristo Salvador se divulgó rápidamente y San Vigilio también llevó devoción a la Virgen.

Pensó, de hecho, en hacer erigir en la cima de la Isla una pequeña capilla, dedicándola a la Beata Virgen María, como símbolo de la purificación de las supersticiones paganas y símbolo de la nueva luz del Cristianismo. La pequeña iglesia fue la primera parroquia de la isla, llamada “Santa Maria de curis” como aparece en el catálogo de los bienes de la diócesis de Brescia, compilado en 1410. Además, fue también la primera iglesia del lago dedicada a la Virgen. Posteriormente se convirtió en Madonna della Ceriola. Ha sido tallada sentada en un trono, con un amplio manto, con el Niño en brazos.

2021(604)

El 14 de marzo de 1580, San Carlos Borromeo, Arzobispo de Milán, al pasar de visita por las calles de Brescia, envió a su co-visitador Don Ottavio Abbiati a la Isla para visitar el Santuario. De esta visita tenemos un informe que dice: “Santuario amplio y decente, altar único consagrado, al igual que la iglesia, pinturas deterioradas, tríptico con la estatua de la virgen”. Después de esta visita, el rector de la parroquia, Francesco Augustinelli, ordenó su restauración cambiando casi completamente la estructura original. En la ampliación se construyó un nuevo presbiterio que aportó mayor proporción al conjunto. Se colocó la artística reja de hierro forjado, dividiendo así la zona sagrada de la zona reservada a los fieles. El viejo techo a dos aguas fue sustituido por la bóveda de cañón y se abrieron las dos capillas laterales donde se colocaría el altar de San Fermo y más tarde la pala que representa el Tránsito de San José, realizada por el artista bresciano Antonio Paglia en 1763. Los trabajos terminaron a principios del siglo XVII (como lo atestigua la inscripción en el arquitrabe del portal de la fachada “Francesco Augustinelli presbiteris Rettoris Ope 1600”).

En 1750 se cambió radicalmente la fachada con la construcción, sobre la base del antiquísimo santuario, del macizo campanario de granito.
Afortunadamente, en 1815, un rayo desprendió una parte del muro, en el interior de la fachada este, revelando un fresco en perfecto estado de conservación, que representaba un Cristo Ecce Homo atado con una cuerda a una columna y coronado de espinas. Esta obra ha sido atribuida a Giovanni da Marone. (siglo XV)
En 1836 en Lombardía se propagó el cólera. Los habitantes de Monte Isola, desesperados por las numerosas víctimas, se dirigieron a “su” Virgen subiendo en procesión hacia el Santuario donde hicieron voto de consagrar ese domingo si cesaba ese castigo. Desde ese día la enfermedad se debilitó hasta desaparecer. Desde entonces, todavía hoy, cada segundo domingo de julio se celebra a la venerada Virgen del Cólera, en nombre de la enfermedad vencida.

El Santuario tiene 23 metros de largo, 7,5 de ancho y 10 de alto, está compuesto por una única nave y se caracteriza por una bóveda de cañón que descansa sobre una cornisa de terracota que recorre todo el perímetro de la iglesia, sostenida por pilastras con capiteles de estilo Barroco, al igual que el resto de los frisos y ornamentos que caracterizan la bóveda y la cúpula del presbiterio. El altar mayor está construido en mármol negro y blanco y sobre él se eleva una soasa (marco) de madera del 1400. El marco fue añadido en 1620 y está constituido por dos columnas de estilo corintio que sostienen el entablamento y el frontón. El tríptico está compuesto por la Virgen en el centro y las estatuas de madera dorada de los Santos Faustino y Giovita (patronos de Siviano). Tanto la Virgen como el Niño Jesús llevan una antigua corona de oro. La luneta sobre el altar mayor retrata el Nacimiento de Jesús, en la cúpula sobre el presbiterio está representada la Purificación de María Virgen, mientras que los tres medallones que adornan la nave retratan la Coronación de la Virgen, la Asunción y la Anunciación. Una placa de estuco, colocada sobre el arco triunfal, lleva la inscripción que evoca el misterio al que está dedicado el Santuario: “Suscepimus Deus Misericordiam Tuam In Medio Templi Tui”.

Lateralmente al altar mayor se encuentran dos capillas: a la izquierda la capilla de S. Fermo, con altar de madera tallada, que data de 1600, mientras que a la derecha, la capilla de San José con la pala del Paglia. Al entrar a la izquierda se pueden admirar los restos de los frescos de la iglesia anterior, una Virgen con el Niño muy similar a la estatua, ordenada probablemente por una familia de la cual solo en parte se pueden leer los nombres, porque falta el resto de la bellísima obra, recortada cuando se abrió una puerta para la visita episcopal. Siempre en la parte interna de la fachada, sobre la puerta, se encuentra un fresco de 1924 que representa al obispo San Vigilio, apóstol que trajo fe y devoción al Sebino. A los lados del presbiterio hay dos frescos del artista Locatelli (1924), que representan a Santa Bartolomea Capitanio, protectora de Lovere y Santa Ángela Merici. Entre el altar mayor y la nave central se encuentra una reja de hierro forjado del 1600.

Dedicadas siempre a la Virgen están las tablillas votivas, cuadros recientes y antiguos colgados en el fondo de la pared izquierda, también llamados “exvotos”. Se cuentan 82, algunos datados incluso en 1620, pero la mayoría son del 1800. Simbolizan la devoción y la gratitud del fiel hacia la Virgen. Aún hoy existe esta costumbre, aunque en lugar de las tablillas pintadas, se cuelgan fotografías. También hay muchas oraciones dedicadas a la Virgen, poesías de Emilia Belli (poetisa del Lago de Iseo) y canciones en honor a la Coronación de la Virgen, que tuvo lugar el 30 de agosto de 1924. Durante la espera de ese fatídico día, los fieles de Monte Isola ofrecieron una parte de sus bienes, hasta llegar al peso de un kilo de oro, permitiendo así la fusión de una espléndida corona incrustada de piedras preciosas para la Virgen y una para el Niño.
Hoy el Santuario es el símbolo de la unidad civil de todos los ciudadanos del único municipio de Monte Isola, que lleva en su escudo precisamente la figura del Santuario de la Virgen de la Ceriola.